[Extracto de las crónicas del primer humano en Marte]
Tanta preparación, tanta admiración, tanta espera para ver lo que resultó ser una criatura tan normal como las otras. Nada especial. Nada diferente. Tan vulgar...
Me aburro.
Me esfuerzo por creer que no es así. Realmente quiero que no lo sea.
Pero lo es.
Simple, igual. Superficial, nada por dentro que enorgullezca al escritor, nada.
No es un monstruo, no es un santo. Nada.
Por qué me fui? Ahora extraño al infectado, jamás debí abandonarlo en esa cueva.
[...] Una nueva era se acerca.
Encenderé un cigarrillo, y escucharé en mi mente alguna estación ficticia de Vivaldi. Meditaré unos momentos y luego todo será diferente.
Soy sólo un alma a la que el escritor ha puesto a prueba por entretenimiento, repetiré eso hasta que logre convencerme. La peor mentira es la que el mismo inventor se traga como un hecho que de veras ocurrió.
Después comienza la revolución.
Los invito a observar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario